Integrante de la Tercera Compañía, Bomba Bernardo O’Higgins R., el domingo 5 de junio de 1988, Claudio Pérez Toro de 42 años, se convertiría en el primer Mártir del Deber de la institución.
Ingresó a la institución el 5 de abril de 1965, con 18 años de edad. Desde ese momento y hasta su muerte, destacó por el entusiasmo y dedicación sin límites en el cumplimiento del compromiso que su vocación le impuso: servir a los demás.
Bombero Honorario, como oficial operativo, llegó a ocupar el cargo de Capitán. Consejero de Compañía y Maquinista, uno de sus grandes anhelos, preciado título que logró en el año 1985.
Con el entusiasmo que siempre le caracterizó, en lo que serían los preparativos del 94º Ejercicio en conmemoración del aniversario de Fundación de la Tercera Compañía, en el sector de Miraflores Alto – producto de la densa neblina y la difícil topografía del terreno- volcó de campana, mientras conducía la Unidad 31, de tipo forestal, Renault 4×4.
Sus funerales se realizaron el lunes 6 de junio, iniciando con un velatorio de sus restos mortales, en una Capilla Ardiente levantada en el Cuartel de la Unidad, para ser trasladados hasta la Parroquia de los Padres Carmelitas de Viña del Mar, donde se realizaron los oficios fúnebres por su eterno descanso.
Con un multitudinario cortejo compuesto por autoridades civiles, militares, navales y de orden, más unos mil quinientos Bomberos y Bomberas de diferentes Cuerpos de Bomberos del país, sus restos fueron depositados en el Cementerio Parroquial de Caleta Abarca en el Mausoleo de la Tercera Compañía.
Con la intención de perpetuar su recuerdo, la Compañía acordó que la Unidad Forestal asignada a su servicio, llevase una placa con la leyenda Mártir del Deber Claudio Pérez Toro. En la Sala de Máquinas del su Cuartel, se instaló una placa de mármol con el nombre del Mártir y la fecha de su fallecimiento. Además de instalar en el Salón de Honor del Cuartel, un cuadro con su fotografía, junto a una vitrina donde se conservan las prendas del uniforme que vestía al momento de su fallecimiento. Mientras el casillero donde guardaba su uniforme de trabajo, se mantiene sellado y con la placa con su nombre.
Hasta la actualidad, sus restos descansan en el Cementerio de Caleta Abarca, en el mausoleo de la Tercera Compañía, donde cada 5 de junio, es honrado por las nuevas generaciones de la Unidad.